miércoles, 31 de marzo de 2010

La diferencia estadística a ambos lados del Atlántico (I)

El baloncesto es un deporte estadístico, le pese a quien le pese. Sería de necios negar el peso que un simple boxcore tiene sobre un partido. Y no ya sólo para tomar referencias sobre jugadores concretos. Hay hasta quien pretende adivinar el transcurso de un encuentro siguiendo sólo los vaivenes de los números a lo largo del mismo. Y puede que hasta lo consiga.

Es éste, pues, un rasgo que distingue al baloncesto de los demás deportes, sobre todo los de seguimiento masivo. Para el aficionado, los grandes jugadores hacen grandes números. Y sino, esque no lo son. Aún así parece haber consenso sobre ciertos jugadores para elevarlos a la altura de los históricos sin hacer grandes cifras y viceversa, para devaluarlos al grado de terrenales a pesar de hacerlas. En el primer grupo existen jugadores como Bill Laimbeer, Dennis Rodman (más allá de su faceta reboteadora), Robert Parish... Podríamos pensar que se debe a que eran jugadores que se centraban más en ayudar al juego colectivo que al propio. Pero yo creo que también premia la afición la entrega y el sacrificio con el que jugaban. Al aficionado le gusta creer que aquél que está ocupando el lugar que él mataría por tener lo hace siendo consciente de ello.

En el segundo grupo, tenemos el de los jugadores devaluados. Es difícil encontrar, históricamente, jugadores de este tipo, pues se tiende a mitificar a aquellos que se van para no volver. Y como menospreciar es fácil cada cual lo hace basándose en el criterio que tiene a bien. A Karl Malone le recriminaban que sin Stockton poco podría haber hecho en la liga. A Kobe, su espíritu egoísta. Incluso a Chamberlain, siendo como es imposible restarle mérito a la total dominación que mostró, se le desprecia por vivir en la época que vivió. Personalmente, yo me limito a disfrutar del baloncesto que ofrecían. Y critico jugadores, claro que sí. Pero razonando argumentos fundamentados, sobre todo, en el propio juego y en el propio jugador. Fundamentados. Es la palabra clave.



En Europa la cosa cambia un poco. Diversas variaciones tácticas con respecto al baloncesto norteamericano modifican la forma de jugar de los jugadores y por tanto, su aportación estadística. Los números siguen siendo muy importantes, pero ahora se toman en cuenta otros muchos aspectos. Así, se explica cómo jugadores que no promedian grandes números estan considerados entre los mejores, como Ricky Rubio, Dimitris Diamantidis o Matjaz Smodis. La diferencia entre la entrega total y pasión con que viven el deporte los aficionados europeos, contraria a la pasividad demostrada por los americanos es otro de los factores determinantes, ya que hay una clara diferencia de motivos a la hora de juzgar a un jugador.


Así pues, trataré el tema de la estadística en próximas entregas.

lunes, 29 de marzo de 2010

Tipos de Point Guard (IV)

Los bases físicos son (aparte de un compuesto que en disolución acuosa se disocia formando iones OH-, permitanme el chiste fácil) aquellos jugadores que la genética los colocó en la primera línea para jugar al baloncesto. No tienen por qué ser sólo jugadores ágiles y rápidos, también pueden ser fuertes y explosivos, y la gran parte suele tener una envergadura de brazos amplia. Ejemplos de este tipo de jugadores bien pueden ser Chris Paul, Gary Payton, Rajon Rondo, Alvin Robertson, Russell Westbrook, Mario Chalmers etc.


Normalmente los entrenadores usan la explosividad y el despliegue físico de un base de este tipo defensivamente. Se aprovechan de la capacidad que tienen de defender intensamente durante todo el tiempo que estén en cancha. Además, la mayoría de jugadores de este tipo suele ser de manos rápidas lo que les permite, junto con su gran envergadura, robar muchos balones y dar así posesiones extra a sus equipos. Además es curioso ver como buena parte de ellos cumple con el peculiar defecto de ser malos tiradores de lejos. Esto se debe a que en sus etapas de instituto y College, su físico estaba tan por encima del de el resto de rivales que no necesitaban desarrollar una buena mecánica para anotar con fluidez, les valía con romper a canasta y aprovechar transiciones y contraataques. Al llegar a la NBA se encuentran con físicos equiparables, por lo que les cuesta mucho promediar un elevado número de puntos. Es por esto que los entrenadores también comprenden sus limitaciones ofensivas y se dedican a explotar las cualidades que ya poseen.


En cuanto a sus tareas como base, sí que existe mucha variación. Los ha habido ordenados, con cabeza y conocimiento del juego como Gary Payton, y también alocados, agresivos y precipitados como Westbrook o Rondo. Estadísticamente suelen dar bastantes asistencias porque por lo general adoran el juego rápido y de transiciones, donde, al mínimo conocimiento de juego que uno tenga puede asistir con facilidad. También se valen de su físico para rebotear con fluidez, siendo los jugadores que con más facilidad alcanzan los triples-dobles.


Este tipo de jugadores es relativamente reciente. Esto se debe en gran parte a la evolución tremenda que ha dado la NBA de unas décadas para acá. No sólo a nivel médico-deportivo, en donde las técnicas para la potenciación física se han puesto en práctica por los mejores especialistas, sino también a nivel de scouting. Hace 40 años no todos los que nacían para jugar al baloncesto eran descubiertos. Hoy la NBA ha tejido un entramado a nivel mundial únicamente para seleccionar a los mejor preparados. Si le añadimos las capacidades que tiene la liga para desarrollar todo el potencial físico de un jugador, estamos hablando de una liga muy distinta en este aspecto de la que existía hace 30 ó 40 años.


Uno de los bases físicos que más atractivo me resulta de ver es Rajon Rondo





Rajon Rondo llegó a la NBA tras hacer carrera en Kentucky, universidad propensa a dar a la liga talentos defensivos como Tayshaun Prince y los futuros Cousins y Patterson. Llegó en una posicion baja del draft y por traspaso entre Phoenix y Boston. En su primer año aportó muy poco, los Celtics eran un equipo a la deriva totalmente y no necesitaban experimentar con un novato que poco iba a aportarles, al menos poco útil. Pero al año siguiente y con la llegada de Garnett y Allen la situación cambia.


Uno de los problemas que planteaba la hipoteca que los Celtics habían firmado era el descompensado quinteto que tenían. Habían vendido todos sus bases y sólo habían traído a Eddie House. Y luego estaba Rondo. Pocos sabían algo sobre él, más que llegó a la liga con vitola de buen defensor. Rajon Rondo dejó a la vista de todos sus virtudes y sus carencias ese año. Evidentemente no era buen tirador, ni siquiera tenía una mecánica digna de un jugador que juega treintaitantos minutos por partido. Y aún parecía tener cierto miedo a la hora de encarar la canasta. Toda su aportación anotadora venía de contraataques, transiciones y canastas fáciles que sus compañeros le daban. Aún así, el trabajo defensivo que realizo a lo largo de los Play-Offs, primero sobre Mo Williams, y sobre todo después con Chauncey Billups en las ECF le valieron la acreditación suficiente como para alcanzar el puesto de jugador necesario en el esquema defensivo del equipo.


Tanto el año pasado como éste Rondo ha necesitado dar un paso adelante en su aportación ofensiva. Pero ni avanzando a grandes zancadas compensa los pasos hacia atrás que dan los componentes del Big Three debido a la edad que ya tienen y las limitaciones del resto de sus compañeros. Rondo tiene un potencial limitado, al menos en el equipo y las condiciones actuales.


Aún así hace gala de ciertas características que lo elevan a la posición de estrella de la liga. Su explosividad física y su despliegue defensivo son brutales. No se prodiga en el 1vs1, pero lo suele resolver rompiendo a canasta. Además, tiene una auténtica colección de fintas de entrada a canasta increíblemente espectaculares y su manejo de la pelota esta a la altura del de los mejores de la liga. Como contrapunto su ya mencionado tiro en estático, bastante deficiente, y su capacidad limitada de lectura y dirección de juego.


Es difícil predecir qué ocurrirá en el futuro con el bueno de Rondo. Personalmente, me parece alguien entrañable, más allá de los rumores que pueda haber alrededor suyo. Quién sabe si para ver todo lo que Rondo puede dar de sí necesitará un cambio de aires. Igual, hasta Boston lo agradece.

Tipos de Point Guard (III)

A lo largo de la historia de la liga ha habido muchos bases con capacidades ofensivas potentísimas que se traducían en la capacidad del propio jugador para convertirse en el referente ofensivo de un equipo. Es lo que he decidido llamar bases anotadores



Es curioso. En ocasiones, la desgracia más grande puede tornarse en la suerte mas oportuna (aquello de ''no hay mal que por bien no venga''). Aquellos jugadores con los que la genética no se portó demasiado bien tuvieron una segunda oportunidad. Y aunque la generalización en el caso que voy a exponer alcanza el grado de falacia, me pareció que el grupo de los bases anotadores estaba en buena parte marcado por este tipo de jugadores. Aquellos que, como más de uno habrá llegado a concluir, ''si midieran 10 cm más veríamos...''. En este grupo se pueden incluir jugadores de todas las epocas, desde Oscar Robertson hasta Brandon Jennings, pasando por Latrell Sprewell, Allen Iverson, Gilbert Arenas, etc.


Por lo general este tipo de jugadores son atractivos al aficionado medio o principiante. Sobretodo en la NBA, donde se paga mejor el físico explosivo de que suelen hacer gala estos PG's. No confundamos, un base anotador puede ser también un jugador que promedie muchas asistencias. En la NBA, donde el baremo para otorgar una asistencia llega a ser desconcertante (sobre todo para aquel que esté acostumbrado a ver FIBA) a la más mínima visión de juego que posea un jugador de este tipo bien puede hacer noches de muchas asistencias, pues con la mera predicción de las defensas dobles y con alguna que otra penetración doblada lo consigue.


En la NBA, los jugadores de este tipo tienden a ser bastantes irregulares en cuanto a números a lo largo de una temporada. Esto se debe a que una defensa bien planteada les puede causar problemas. En la NBA es dificil promediar muchos puntos únicamente rompiendo hacia la canasta, incluso teniendo un físico privilegiado. Por eso, la mayoría de bases anotadores suelen usar bloqueos directos que suelen terminar en un tiro de media distancia (o pase doblado) ante una defensa de nivel medio. También existen PG con un magnífico tiro en suspensión que aprovechan el bloqueo para lanzar, o si se encuentran en un equipo con más referentes ofensivos, aprovechar espacios para tirar de lejos. Es el caso de hombres como Brandon Jennings, Eddie House, etc.

Evidentemente cada jugador es un mundo y no pretendo hacer creer que pasan todos por un embudo, pero lo que mi vida baloncestística me ha enseñado es esto.


Como ejemplo de este tipo de bases (aunque buena parte de aficionados no lo consideren como tal, pero se ajusta a lo que yo entiendo como PG) voy a poner a Allen Iverson




La historia de Iverson es una de esas historias que no esperas que tenga final triste. Su carrera universitaria se desarrolló en Georgetown, equipo acostumbrado a dar a la liga jugadores interiores grandes y muy dominantes (Pat Ewing, Dikembe Mutombo y un largo etcétera), que de repente sale con un jugador pequeñito, con un estilo de juego anárquico hasta el límite que suele permitir la NCAA. Elegido como numero 1 del draft del 96 (mismo draft que Kobe, Ray Allen o KG) llega a la NBA a unos Sixers con los que formaría un trío bastante potente junto con un Derrick Coleman en la cumbre de su carrera y un joven aunque prometedor Jerry Stackhouse. Su primera temporada al frente de un equipo a la deriva es de las mejores de su carrera, lo que le hace ganar el Rookie of the Year, a pesar de quedar 25º de 29 equipos. Al año siguiente se forma la estructura principal de lo que será el equipo que se mantendrá los proximos años; llega Eric Snow, Aaron McKie y Theo Ratliff (este ultimo se fue para luego volver) aunque el epicentro del equipo sigue siendo el trio formado por Iverson, Stackhouse y Coleman.


El equipo va ascendiendo temporada tras temporada hasta la 2000-2001 en la que se plantan en la final de la NBA. No tenían ese año especialmente buen equipo, no mejor que el que tuvieron años atrás. Pero la explosión de Iverson, que le valió el MVP, fue brutal. Ese año se hicieron con Dikembe Mutombo que también estaba en la cumbre de su carrera, y Tyrone Hill como complemento interior no estaba mal. Al llegar a las finales, Iverson realiza una auténtica exhibición ante la voluntariosa defensa de Tyronne Lue, pero los Lakers de esa época tenían un equipo plagado de recursos, precisamente de lo que los Sixers carecían.


En los próximos años la desbandada del equipo es grande. Hasta que en el verano de 2005 el equipo se refuerza con un Chris Webber que viene de dejar su etapa dorada en Sacramento, unido a la evolución de Iguodala y al talento que se le presuponía al tirador Kyle Korver más la (tambien supuesta) aportacion de Dalembert como interior dominador. El equipo hace escarceos con Play-offs sin demasiado éxito hasta que los Sixers deciden traspasar a Iverson antes de que se devalúe. A partir de ahí, la historia que todos conocemos: su paso por Denver con más pena que gloria, su caída total en Detroit y su triste vuelta a Philly.


Probablemente ha habido pocos jugadores más dañinos para lo que se entiende como juego de equipo que Allen Iverson. Pero también nos enseñó una lección: el baloncesto es un deporte de JUGADORES y como tal, ellos a veces también pueden decidir la suerte de un equipo al completo.

Dicen que el tiempo pone a cada uno en su lugar. Injusto me temo que ha sido con Allen. No se merece tan cruel destino.

domingo, 28 de marzo de 2010

Tipos de Point Guard (II)

Lo que quizá a la mayoría de aficionados al baloncesto se le venga a la cabeza cuando oye la palabra ''base'' sea lo que yo voy a titular como base director o playmaker, esto es, aquél que dirige el juego ofensivo haciendo partícipes a sus compañeros más que a sí mismo. Se tiende a creer que estadísticamente debe promediar un elevado número de asistencias pero no tiene por qué ser así. Esto se ve muy claro en el baloncesto FIBA donde hay muchos bases que pueden haber realizado una dirección perfecta a lo largo de un partido sin hacer más de dos o tres asistencias (trataré el tema de la diferencia estadística a ambos lados del Atlántico en posteriores entregas).


En el baloncesto NBA el base director es aquél que responde muy positivamente ante ataques estáticos y sabe manejar ajustar el juego de su equipo al tempo del partido, y si es necesario, modificar dicho tempo. Ciñéndonos a esta descripción (más subjetiva que otra cosa) deberíamos excluir de dicha calificación a bases tan consagrados como Steve Nash o Rajon Rondo. Quizá el ejemplo del primero resulte más impactante. Hay que recordar que el salto de calidad que dio Nash se produjo a partir de su llegada a Arizona, en donde el juego del equipo se adaptó al baloncesto para el que el canadiense nació. Ni más, ni menos.



A lo largo de la historia el baloncesto ha conocido muchos bases directores muy competentes. Desde Cousy a Stockton pasando por Oscar Robertson y por supuesto Magic Johnson. Pero del baloncesto que yo he visto en vivo quizá ninguno como Jason Kidd en su etapa en New Jersey.





Quizá lo que posterice a Kidd sea su memorable gesta de más de 100 triples dobles en su carrera. Pero sin embargo le recuerdo encuentros memorables y sobre todo, cualidades tremendas. Su concepto de juego abarcaba prácticamente todos los ámbitos del baloncesto. En torno a él hay varias historias curiosas (dejando de lado su vida personal que la verdad, poco o nada me importa). Sus 1vs1 con Gary Payton en California con los que, dice, perfeccionó su técnica individual (y aquel juego de poste que liquidaba cualquier defensa individual del base rival), su tremenda irregularidad en el tiro de lejos, por el que pasaba una temporada de ser un excelente tirador y la siguiente un jugador al que se le podían dar metros, su intuición para el rebote, su magnifica defensa...


Recuerdo tiempos dorados en New Jersey, no hace mucho. Un equipo que teniendo como tenía, cuando llegó a las Finales a principios de siglo, muchas carencias, ofrecía un baloncesto de altísimo nivel. Y tambien recuerdo que al primer catarro de Kidd se desmoronaba todo.


Contó una vez que es duro ir al gimnasio cuando tus amigos salen para jugar en la NBA. Al menos por mi parte, tiene una ínfima recompensa: una gratitud infinita. Por hacerme disfrutar aún más del juego.

Si cabe.

Tipos de Point Guard (I)

No advertí en mi mensaje de presentación la intención didáctica del blog. No por enseñar al que lo lea, sino para evitar olvidar lo que ya sé, o mejor dicho, creo saber. Porque el conocimiento baloncestístico es, en ciertos aspectos (como el de cada deporte en general) muy subjetivo. Así que, desde mi opinión más o menos fundamentada (no mas que en ver partidos y jugarlos) escribiré sobre los ya mencionados aspectos del juego.


Vivimos una buena época de bases en la NBA. Pocos equipos son los que no cuentan con un 1 fiable y de garantías en su plantilla (curiosamente uno de ellos son el actual campeón y muy probable favorito al título, Los Angeles Lakers) Si hiciéramos una lista de mejores jugadores de la liga, la proporcion de bases con respecto al resto de posiciones sería bastante elevada. Lo que nos lleva a pensar en la homogeneización técnica y física de dicha posición. Nada más alejado de la realidad.


Si nos vamos a la enciclopedia del baloncesto, aquella que sólo es usada por entrenadores de última fila y que los grandes de la historia despreciaban, un base es un jugador con unas características muy marcadas, más que cualquier otro jugador. Pero sin embargo existen bases de todos los tipos. Cabe el razonamiento de que, por la caprichosa selección de la estatura, estaban destinados a jugar en tal demarcación, independientemente de las capacidades de que fueran dueños (algo similar, aunque lejano, de lo sucedido con jugadores interiores). Pero la mayoría de bases que sabían hacer algo distinto, al llegar a alto nivel, o bien se han adaptado (perdiendo así años de adquisición de una identidad deportiva) o no se han sometido al embudo impuesto por entrenadores cortos de miras (o cobardes) y han caído en el olvido.


Un base es un jugador esencial. Mucho más de lo que el aficionado medio puede creer. No tanto para la consecución de un resultado como para la potenciación de las capacidades de un equipo (o la disminución). En inmediatas entregas extenderé mis conocimientos sobre los Point Guards de la liga.

Sean bienvenidos

No más que un joven con mas ganas de aprender que de enseñar, así me presento. Me gustaría algún día poder decir que gracias al blog lo he conseguido. Aprender algo, me refiero. No pretendo registrar numeros históricos de visitas, ni me planteo publicitar el blog por la web. Ojalá consiga darle siquiera cierta continuidad.


Pero sí me prometo algo. Prometo que cada vez que tenga algo que contar, lo haré aquí. Porque son ya demasiadas confesiones las que el olvido se llevó. Demasiados delirios baloncestísticos que deseé con todas mis fuerzas poder contarle a alguien algun día, en confianza. Así que con tal propósito comienzo esta pequeña aventura. Con la egoísta voluntad de hacerme crecer a mí antes que al resto. Si lo lee alguien, que me perdone.

Espero que os guste, pero sobre todo, deseo que me guste a mi.